La leptospirosis es una enfermedad de origen bacterial que puede afectar a cualquier mamífero, incluyendo al ser humano.
Liliana Aidorovich explicó que existen 23 serogrupos y dentro de ellos, han sido identificados a nivel mundial 230 serovares patógenos, es decir, capaces de producir la infección. Igualmente, Aidorovich advirtió que los serogupos no son inmunes entre sí, por ello, todos los mamíferos están expuestos a contagiarse con 23 tipos diferentes de leptospiras, sin importar si el organismo ya está siendo afectado por una de ellas. Modos de transmisión Aidorovich indicó que cuando un mamífero se contagia con leptopirosis se convierte en un reservorio de ellas y las excreta a través de la orina. Debido a esto, puntualizó que existen dos modos de transmisión: Directo: Cuando un animal infectado orina a otro que tiene una pequeña herida abierta en la piel o alguna excoriación cutánea. Indirecta: Cuando el animal infectado orina en aguas, pastos, utensilios de trabajo, alimentos o cualquier otro elemento que desde ese momento será portadora de leptospiras; si un mamífero entra en contacto con alguno de estos elementos, teniendo una herida en la piel o estando mucho tiempo en el agua (se dilatan los poros permitiendo la entrada de leptospiras), será contagiado. Leptospirosis en animales Aidorovich expuso que las leptospiras afectan sobre todo el aparato reproductor de los animales, generando abortos o el nacimiento de animales enfermos y débiles que mueren antes de los 2 meses de vida. Asimismo, Aidorovich acotó que como algunos de los animales con posibilidad de ser infectados son mamíferos utilizados con fines económicos, tales como bovinos, cerdos, caballos, entre otros, este hecho acarrea pérdidas para el productor por la pérdida de las crías. Al mismo tiempo, Aidorovich advierte que un animal contagiado, en algún momento con leptospirosis, puede continuar siendo reservorio de leptospiras por hasta 2 años, aunque ya no padezca la enfermedad. El animal seguirá diseminando la bacteria por medio de la orina, situación esta que debe tenerse muy en cuenta para evitar el contagio a otros animales o humanos. Leptospirosis en humanos El ser humano, como mamífero al fin, está expuesto a sufrir de leptospirosis. Sobre este aspecto, Aidorovich manifestó que la enfermedad en los hombres está clasificada como una enfermedad laboral que afecta mayormente a los individuos que trabajan con mamíferos. No obstante, aclaró que cualquier ser humano podría padecerla, incluso aquellos que viven en zonas urbanas donde las leptospiras son diseminadas por la orina de ratas, ratones (reservorios permanentes) y caninos.
La leptospirosis se manifiesta de diversas maneras en el hombre, dependiendo de la susceptibilidad del sujeto, del serovar que produjo la infección y de la concentración en sangre de la bacteria. Con base en lo anterior y a la sintomatología del sujeto, la enfermedad se clasifica de la siguiente forma:
La leptospirosis se manifiesta de diversas maneras en el hombre, dependiendo de la susceptibilidad del sujeto, del serovar que produjo la infección y de la concentración en sangre de la bacteria. Con base en lo anterior y a la sintomatología del sujeto, la enfermedad se clasifica de la siguiente forma:
Forma leve: El individuo presenta síntomas propios de un cuadro viral, fiebre, dolor de cabeza y cuerpo. Esta forma no es de gravedad y, casi siempre, la persona la asume como una simple gripe.
Forma severa o ictérica: La piel del sujeto se torna amarillenta, presenta hemorragias, daño hepático y renal. En esta etapa, entre 6 y 10 por ciento de los casos pueden generar la muerte del paciente.
Meningitis: Produce trastornos neurológicos, rigidez en la nuca, encefalitis, neuritis, confusión, psicosis o delirium.
Hemorrágica: La sintomatología presentada consiste en hemorragias sobre todo en los pulmones. Aidorovich acota que los síntomas de la leptospirosis pueden ser confundidos con los producidos por otras enfermedades, por ello, es necesario acudir al médico para el diagnostico clínico y hacer los respectivos exámenes de laboratorio, con el fin de identificar lo que está generando la enfermedad. Leptopirosis y prevención Los especialistas coinciden al indicar que la mejor manera de controlar la leptospirosis es a través de la prevención y la protección de las personas que trabajan con mamíferos, como por ejemplo, con el uso de botas de goma.
Aidorovich especificó que existen vacunas para animales (no para el ser humano) y que aunque estás no son de obligatoria aplicación deberían serlo; subrayó que sería conveniente crear un reglamento sobre la temática, como sucedió con la fiebre aftosa.
Fuente: Avisa